Surf and Life

Lo mío con el surf fue un flechazo. Fue el mix absoluto que me hace sentir pequeña y grande al mismo tiempo. El mar y el deporte, dos en uno. Con un pie delante y otro detrás, como se avanza siempre en la vida, te da la posibilidad de sentir que aunque te duela todo el cuerpo, rendirse nunca es la opción. Te demuestra lo fácil que es caer. Y el orgullo de levantarse. Solo dependes de ti y, a la vez, de todo lo que te rodea. Es una simbiosis perfecta. Una oportunidad con cada ola, para hacerlo mejor esta vez. Como en la vida.

#yomequedoencasa

Esta vez para ganar la vida, hay que perder la primavera. Aparcar el sol tras el cristal y respirar otro aire menos claro, menos sano, que quita y que no da. Esta vez para seguir avanzando, paradójicamente, hay que parar. Solo se nos pide parar. 

Esta vez, el mundo es el mismo. Y otro también, que, a veces, se me antoja ajeno y nuevo. Se lo hemos regalado a los pájaros, que vuelan libres dibujando el aire. Se lo hemos regalado a los bosques. Y al cielo que ahora respira. Hemos hecho pausa y la tierra seguro que sonríe tranquila, esperando que volvamos.

Y volveremos mejor.

Porque detrás de cada umbral, se está escribiendo una historia que llenará de enseñanzas el mañana.  Porque detrás de cada pantalla, se esconden abrazos y lazos irrompibles. Porque los hilos del tiempo y la incertidumbre van tejiendo la empatía.
Porque los golpes inesperados, son catalizadores del cambio.

¡Cambiemos! Y no dejemos nunca de aplaudir.
Y que a partir de ahora no haga falta pensar mucho para darnos cuenta de qué es lo que de verdad importa. Y quiénes.