La vida es como una partida de poker larguísima…
y, al final, todo el mundo enseña sus cartas
antes o después.
Mientras tanto, toca seguir adivinando quién sabe el valor que tiene, y quién viene de farol.
La vida es como una partida de poker larguísima…
y, al final, todo el mundo enseña sus cartas
antes o después.
Mientras tanto, toca seguir adivinando quién sabe el valor que tiene, y quién viene de farol.